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Propóleo y equinácea, imprescindibles para las defensas


Si tenemos que buscar en la naturaleza dos indispensables para ayudar a nuestro sistema inmunitario esos son la equinácea y el propóleo. Son dos soluciones naturales que destacan por su efecto antimicrobiano e inmunoestimulante y que no pueden faltar en el botiquín de invierno.

El propóleo, preventivo frente a virus y bacterias. 

El propóleo es una sustancia viscosa recolectada por las abejas de las resinas y secreciones que cubre las yemas de los árboles, arbustos y plantas que están cerca de la colmena, donde la trasladan y la modifican con su saliva. 

Las abejas lo utilizan para construir y proteger la colmena, endureciendo con él las celdas y tapando las grietas. De este modo, la mantienen cerrada y aséptica protegiéndola frente a agentes externos. 

¿Qué propiedades tiene el propóleo?

  • Tiene propiedades profilácticas, hace que nuestro organismo sea más resistente frente a infecciones o agresiones externas. 
  • Utilizado como un antibiótico natural, es muy útil en trastornos respiratorios, catarros, resfriados y dolor de garganta. 
  • Es un buen antiséptico por lo que protege la fiel frente a los hongos. 
  • Por sus propiedades cicatrizantes también se usa externamente para curar heridas y quemaduras. 
  • Y, además, tiene acción anticaries al evitar la formación de la placa bacteriana. Ayuda a combatir el mal aliento y a aliviar las aftas. 

Equinácea, estimulante natural de las defensas. 

La equinácea tiene su origen en América del Norte. Allí, las primeras referencias se remontan al siglo XVIII cuando se descubre que los indios nativos la usaban para multitud de problemas, y entre ellos las infecciones de garganta, los dolores de muelas o las mordeduras de serpiente. Enseguida, los colonos europeos la incorporaron a su botiquín. 

¿Cuáles son las propiedades de la equinácea? 

  • Inmunoestimulante e inmunomoduladora: potencia las defensas naturales del organismo, protegiéndolo contra el ataque de virus, bacterias y hongos. 
  • Antiviral, ya que previene y ayuda a tratar catarros y gripes. Así, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Connecticut, en Estados Unidos, constató que la equinácea disminuye un 58% el riesgo de sufrir un resfriado y ayuda a acortar su duración. 
  • Tiene acción antimicrobiana, contribuyendo a combatir las infecciones, como las respiratorias o las de vías urinarias bajas. 
  • Es antiinflamatoria y favorece la cicatrización de las heridas. 
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