Contacto


CAMELIA SINENSIS

Camelia sinensis L.

Descripción

Es un arbolillo muy ramificado que en estado silvestre, puede alcanzar de 4 a 10 m de altura, pero en cultivo no se deja que exceda de 1 m para mantener denso el follaje y poder cosechar las hojas con facilidad. Las hojas pueden presentar diversas dimensiones, según la variedad y procedencia. Son persistentes, simples, con corto peciolo, oval-oblongas, acuminadas y con los bordes finamente dentados en los 2/3 basales. Las hojas jóvenes son blandas y tomentosas, más tarde se vuelven coriáceas y glabras. Las flores son de color blanco-cremosas, axilares, solitarias en grupos de 2 a 3 en las axilas de las hojas. El fruto aparece en cápsula redondeada que encierra las semillas. Las 2 variedades de té que más se conocen son la Camellia sinensis y la C. Assamica. Pertenecen a la familia de las Theaceae.

Tan antiguos son el uso y cultivo del té en Oriente que no se sabe con seguridad cual es la tierra natal del arbusto. Se supone que es oriundo de la India, donde crece de forma silvestre en la cuenca del río Brahmaoutra, afluente del Ganges. Actualmente se cultiva en muchas regiones tropicales y subtropicales, sobre todo en China, India, Japón, Sri Lanka, Indonesia y Brasil.

El té es una de las bebidas más antiguas y apreciadas por el hombre. Durante siglos el té verde chino ha sido muy apreciado en el lejano oriente como bebida saludable. Su descubrimiento lo atribuyen durante el reinado del emperador Shen Yung, aproximadamente en el año 2737 a.d.C.

Se han hecho muchas afirmaciones, a menudo exageradas, sobre los efectos beneficiosos que el té verde tiene sobre la salud. Los estudios científicos modernos han aportado pruebas que destruyen gran parte del mito pero que no obstante también han confirmado algunos beneficios claves del consumo regular de té verde sobre la salud.

El té se da en unos 30 países, pero se consume en todo el mundo, aunque los niveles de consumo varían mucho. Aparte del agua, es la bebida que más se consume, con un consumo mundial per capita de aproximadamente 0,12 litros por año.

El té negro es ligeramente aromático, mientras que el té verde es prácticamente inodoro.

Diferentes formas de té:

Las formas de té que consumen más habitualmente millones de seres humanos son: el 78% es té negro, un 20% de té verde y un 2% de oolung (de las aproximadamente 2.5 millones de toneladas métricas de té seco fabricadas), aunque existen múltiples variedades, que suman más de 3000 tés en todo el mundo, que son el resultado de los diferentes métodos de elaboración de la planta.

En el caso del té verde las hojas son recolectadas y se estabilizan mediante vapor de agua (a presión) para inactivar los enzimas oxidativos; posteriormente las hojas son desecadas durante un período corto de calentamiento rápido para preservar el contenido de bioflavonoides (no sufre ningún proceso de fermentación). Está constituido por fragmentos de hojas de color amarillo verdoso a verde pardusco, cuya estructura original se aprecia a simple vista.

En el caso del té negro las hojas jóvenes inicialmente se dejan marchitar en habitaciones ventiladas, para que se reblandezcan y se vuelvan maleables; luego se enrollan frotándolas, lo cual ocasiona la salida de parte del líquido celular y la destrucción parcial del tejido foliar, y se trituran para que pierdan parte de la humedad que ha podido quedar. Posteriormente, se dejan fermentar en lugares cálidos y oscuros, a continuación se vuelven a secar en corrientes de aire calientes, se seleccionan y se clasifican. Durante la fermentación se producen diversas oxidaciones enzimáticas mediante las cuales las sustancias polifenólicas, presentes de forma natural, se convierten en flobafenos y se forman parte de las sustancias responsables del aroma y color. Está constituido por fragmentos de hoja de color pardo-rojizo a casi negro, muy arrugados, cuya forma originaria puede apreciarse sólo tras haber hervido.

El oolung es el té verde parcialmente oxidado.

Las calidades del té más apreciadas están constituidas por las yemas de las hojas (té blanco) y dentro de estas también es importante el aspecto, tamaño, sabor y color de las hojas así como proceso de cultivo y producción del té.

Parte utilizada

Hojas tanto de té verde (sin fermentar), como también de té negro (fermentado).

Principios activos

Existen múltiples factores que influyen en la composición del té, la cual varía como el resto de las plantas, según el clima, estación, prácticas de cultivo, variedad, edad de las hojas (la calidad disminuye cuanto más viejas sean las hojas), etc.

Sin embargo, los principios activos más importantes son:

  • Derivados polifenólicos entre los que destacan:
  • Flavonoides (5-10%): kampferol, quercetol, miricetol, etc.
  • Sobre todo taninos catéquicos: catequina, epicatequina, gallato de epicatequina, gallocatequina, epigallocatequina, gallato de epigallocatequina. Estos varían entre un 10-20% dependiendo del cultivo y edad de las hojas. Las catequinas son compuestos incoloros, astringentes y solubles en agua. Se oxidan fácilmente, aunque su grado de oxidación es variable. Esta propiedad se ha empleada para utilizarlos como antioxidante de los alimentos. En el proceso de formación del té negro los taninos catéquicos son principalmente oxidados y se convierten en pigmentos como la teaflavina, tearubigina, benzotropolona, teaflagalina.
  • Proantocianidoles o taninos condensados: procianidoles, prodelfinidol, teasinensinas, asamicaínas. Puede que la peroxidasa del té esté involucrada en su generación.
  • Ácidos fenólicos: málico, succínico, oxálico, clorogénico, gálico, caféico, coumarilquínico y uno que sólo se da en el té, la treogalina (ácido 3-galoil-quínico).
  • Bases xánticas o alcaloides: teofilina, teobromina y cafeína (denominada también teína). Algunas aparecen combinadas parcialmente con los taninos. La cafeína está presente en un promedio del 3% junto con cantidades muy pequeñas de otras metilxantinas comunes, la teobromina y la teofilina.

Contiene sales minerales (destaca su contenido en flúor sobre todo en las hojas viejas. Debemos tener presente que el té también acumula el aluminio y manganeso), vitamina C y B, sustancias que dan color y aroma a la planta y que pueden aparecer de forma libre o combinadas en forma de glicosilados entre ellas trazas de aceite esencial (alcoholes alifáticos, salicilato de metilo) y carotenoides (violaxantina, beta-caroteno, neoxantina, luteina), aminoácidos (trazas de adenina, xantina y theamina (5-N-etil-glutamina); este último es específico del té y suele utilizarse para establecer la calidad de la planta), saponinas triterpénicas y enzimas.

La composición del té verde es similar a la de la hoja seca, excepto por unos cuantos cambios catalizados enzimáticamente, que ocurren de forma extremadamente rápida tras su recolección. Durante el proceso de secado se producen nuevas sustancias volátiles. El té Oolong está a medio camino en su composición entre el té verde y el negro.

En el té negro o fermentado, la oxidación enzimática por actuación de las polifenol-oxidasas (fermentación) de la hoja del té, modifica su composición, su aspecto, olor; así como el gusto y el aroma de la infusión que se prepara con ellas. Posee menor cantidad de catequinas y ácidos tánicos. El contenido en cafeína no se modifica prácticamente. Durante la fermentación se produce la hidrólisis enzimática de los complejos cafeína-compuestos fenólico, se libera la cafeína y los compuestos fenólicos se oxidan y se transforman en compuestos volátiles que son responsables del aroma característico; por ello las infusiones elaboradas con té negro tienen mayor contenido de metilxantinas (8-11%) y menor contenido en compuestos polifenólicos (3-10% de catequinas) que las infusiones de té verde (7-9% de metilxantinas y 30-40% de catequinas).

La formación de productos volátiles (derivados cetónicos por degradación de carotenos, hexenal por oxidación de ácidos grasos insaturados, diversos heterociclos  por oxidación y reagrupación de monoterpenos) le confieren el olor característico.

Se produce una oxidación de los polifenoles, que le da el color a la infusión.

Formación de benzotropolonas: teaflavinas, teaflagalina y epiteaflagalina. Los productos más abundantes son los derivados de la oxidación y polimerización de las teaflavinas, tearrubiginas y sus derivados.

Acción farmacológica

  • Estimulante del sistema nervioso central (bases xánticas). Parece ser que el mecanismo de acción de estos alcaloides está relacionado con la inhibición de las fosfodiesterasas del AMPc, y en menor medida, del GMPc, incrementando así las concentraciones de estos mediadores celulares. La acción estimulante del té verde es más suave pero más duradera que la del café. El efecto de las bases xánticas (sobre todo cafeína y teofilina), que inhiben la fosfodiesterasa (con lo cual se favorece la actividad de las catecolaminas por aumento del AMPc ) es modulado por los polifenoles que, al bloquear la enzima O-metiltransferasa, responsable de la destrucción de la adrenalina, ésta se mantiene elevada en sangre durante más tiempo, con un efecto lipolítico añadido.
  • Aumenta el estado de vigilia y la capacidad de realizar esfuerzo físico.
  • Produce estimulación cardíaca (inotropa positiva) y vasodilatación periférica. Aumenta la frecuencia cardíaca favoreciendo la circulación y aumentando el aporte de sangre, sobre todo hacia las arterias coronarias que irrigan el músculo cardíaco, y al resto del organismo, entre ellos al riñón con un efecto diurético.
  • Según algunos autores en estudios realizados con el extracto de té verde en animales han puesto en evidencia un efecto hipotensor. Esta acción es debida a su contenido en polifenoles (sobre todo catequinas) que inhiben la acción de la enzima de conversión que transforma la angiotensina I en angiotensina II, la cual es un potente vasoconstrictor.
  • Estimulante del centro respiratorio. La teína acelera el transporte de determinados analgésicos (aspirina, fenacetina) por la sangre, y al ser estimulante cardiorrespiratoria contrarresta el efecto depresivo del abuso de alcohol, barbitúricos y morfina. Los polifenoles hacen que la acción de la teína sea menos brutal pero más pronunciada que la de la cafeína.
  • Estimula la actividad cerebral la cual se agudiza facilitando de esta manera el trabajo intelectual.
  • Estimula la musculatura esquelética.
  • Diurética (bases xánticas y polifenoles). Esta acción se debe al aumento de la filtración glomerular y disminución de la reabsorción tubular.
  • Hipolipemiante o lipolítica (polifenoles). El extracto de té verde ha demostrado en animales de laboratorio una normalización de los niveles de colesterol total, de peróxidos lipídicos y de fosfolípidos séricos. Previene la disminución de lecitina sin modificar las tasas de triglicéridos y HDL-colesterol. Produjo también una disminución del acumulo de lípidos en el hígado y en la aorta.

En ensayos epidemiológicos se ha comprobado en poblaciones consumidoras de té, una menor incidencia de accidentes cardiovasculares arterioscleróticos.

  • Antiagregante plaquetario (polifenoles).
  • Vasoprotector, tónico venoso y acción vitamínica P (polifenoles: flavonoides y catecoles). Produce vasoconstricción en el lecho vascular cerebral.
  • Antioxidante, antiinflamatoria e inmunomoduladora (polifenoles). Los flavan-3-oles son inhibidores de la peroxidación lipídica a nivel mitocondrial, actuando como antirradicalares. Las catequinas y otros bioflavonoides exhibieron una acción antioxidante similar a la vitamina C y a la vitamina E, las cuales también han demostrado reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer cuando se toman como suplementos o en grandes proporciones de forma natural en la dieta. Existe un interés creciente en los efectos biológicos de los polifenoles derivados del té y muchos estudios in vitro e in vivo están demostrando sus propiedades antioxidantes.
  • Broncodilatadora. Las bases xánticas producen relajación del músculo liso bronquial.
  • Según algunos autores aumenta la secreción ácida gástrica y según otros protege el estómago contra la acidez y las úlceras. Estudios realizados en Japón con el té verde (sobre todo el descafeinado) sirvieron para observar su efecto antiulceroso ya que, además de su acción antibacteriana, tiene la capacidad de estimular la proliferación de las células y el moco de la mucosa gástrica formando una barrera protectora frente al ácido clorhídrico.
  • Acción antitumoral. Diferentes catequinas y extractos de té se han ensayado en varios modelos animales e in vitro, en células tumorales y líneas celulares establecidas. En ellos se ha demostrado inhibición de diferentes procesos bioquímicos relacionados con la carcinogénesis, especialmente con la proliferación celular, la inducción de apoptosis de células neoplásicas y paraneoplásicas, así como la inhibición de la invasión tumoral y la angiogénesis.


Los flavonoles del té verde son antimutagénicos in vitro, oponiéndose a la formación de mutágenos (nitrosaminas) o a la expresión de su mutagenicidad (hidrocarburos policíclicos aromáticos).

La inhibición de la tumorogénesis por preparados de té se ha demostrado en diferentes órganos animales (piel, pulmón, esófago, estómago, intestino delgado, colon, páncreas, cavidad oral y mama). Sin embargo, los resultados epidemiológicos en humanos no son concluyentes. Esta discrepancia puede ser debida a que la biodisponibilidad y biotransformación pueden ser distintas así como a las distintas etiologías del cáncer, que son desconocidas en los estudios epidemiológicos en humanos.

Desde hace tiempo se sospechaba que el té verde podría servir para combatir ciertos tipos de cáncer debido a la relación existente entre los efectos positivos del consumo del té con una reducción del riesgo de cáncer en general y de cáncer de estómago, mama y próstata, en particular. Trabajos realizados posteriormente indicaron que las catequinas resultaban ser el compuesto más activo de todos los presentes en el té verde a la hora de inhibir tanto la carcinogénesis como el crecimiento del tumor. Al té verde le atribuyen además acciones anticancerosas (sobre todo a nivel de canceres de estómago y de piel) y potenciador del sistema inmunitario. Parece ser que para que tenga efecto anticanceroso sería necesario tomar de 5 a 10 tazas de té al día como mínimo por lo que en estos casos sería interesante utilizarlo en forma de extracto.

  • Acción protectora contra la caries dental. Por su acción antibacteriana y su riqueza en flúor puede utilizarse, en forma de enjuagues, para prevenir la formación de placas dentales y evitar la caries. Su extracto puede utilizarse como purificador del aliento.
  • Disminuye la absorción de determinados nutrientes. Los taninos interfieren a nivel intestinal con los enzimas digestivos. Posee un efecto inhibidor de la enzima alfa-amilasa, salivar e intestinal, por lo que se ha utilizado para controlar la obesidad y diabetes. Además, favorece el que “quememos” grasa para obtener energía al disminuir la disposición de glucosa.
  • Astringente. El té negro es menos astringente que el verde por lo que resulta muy útil en caso de diarreas.
  • Antibacteriana. Experimentalmente se ha comprobado su acción bactericida frente al vibrión colérico, inhibiendo su actividad hemolítica, por lo que se sugiere su utilidad como preventivo del cólera. También se ha observado que posee una acción antibacteriana y, en estudios in vitro, vieron que las catequinas, sobre todo del té negro, inactivan e inhiben los virus de la gripe.
  • El té verde ha encontrado una aplicación en el campo de las exploraciones médicas complementarias, al observarse que aumenta la claridad de las imágenes de la resonancia magnética del tracto digestivo, haciendo más visible la cabeza del páncreas, las paredes gástricas y la porción descendente del duodeno.
  • La teína acelera el transporte de determinados analgésicos (aspirina, fenacetina) por la sangre, y al ser estimulante cardiorrespiratoria contrarresta el efecto depresivo del abuso de alcohol, barbitúricos y morfina. Los polifenoles hacen que la acción de la teína sea menos brutal pero más pronunciada que la de la cafeína. La teofilina es relajante de la musculatura lisa, sobre todo la bronquial, diurética y vasodilatadora periférica. La teobromina es diurética y estimulante del músculo cardíaco.
  • La teanina es un aminoácido encontrado comúnmente en el té, capaz de producir una sensación de relajación. La teanina produce estos efectos aumentando el nivel de la producción del ácido gamma-aminobutírico (GABA), afecta los niveles del serotonina y de la dopamina en el cerebro e inhibe la toxicidad excitable del ácido glutámico. Es capaz de cruzar la barrera hematoencefálica. Se teoriza que las características de asociación de la teanina con el GABA, reducen el poder estimulante de la cafeína contenida en el té negro, en comparación del café. También promueve la producción de las ondas alfa en el cerebro, asociadas comúnmente al estado de vigilia. La teanina no se elimina en el proceso del descafeinado, ya que no es un alcaloide. Otras investigaciones encontraron que la L-teanina puede ayudar en la respuesta inmunológica del organismo al elevar la capacidad inmunitaria de las células T. Sin embargo estas acciones son mínimas ya que la cantidad de teanina contenida en el té es muy pequeña.
Indicaciones
  • Astenia, agotamiento físico e intelectual.
  • Hipotensión (según algunos autores es hipotensor).
  • Diarreas.
  • Coadyuvante en el tratamiento de la obesidad.
  • Hipercolesterolemias.
  • Prevención de tromboembolismos.
  • Edemas, oliguria, retención de líquidos.
  • En caso de úlceras de estómago hay que utilizar el té verde descafeinado.
  • Caries dental.
Formas de preparación:

Al verter agua caliente sobre el té verde o agua hirviendo sobre el té Oolong o negro, las sustancias solubles del té (cafeína, polifenoles y varios componentes volátiles como los aceites esenciales) pasan al agua a un ritmo de concentración que va disminuyendo con el tiempo.

Para extraer todo el sabor del té, el agua a la hora de realizar la infusión de té Oolong o negro, tiene que haber llegado a una temperatura de 95ºC. Para el té verde, la temperatura del agua debe oscilar entre los 70 y los 95º C.

Las dos acciones más destacadas del té verde son: su efecto estimulante y astringente. Según queramos utilizar una u otra realizaremos su preparación.

Si queremos su efecto estimulante: poner a hervir, aproximadamente medio vaso de agua, cuando hierva añadir 1 cucharadita de postre de planta, dejar hervir 2 mn y colarlo. Enfriar y tomar varias tazas al día.

Si queremos su efecto astringente: poner a hervir, aproximadamente medio vaso de agua, cuando hierva añadir 1 cucharadita de postre de planta, dejar hervir 10 mn y colarlo. Enfriar y tomar 2-3 tazas al día.

Esto es debido a que la cafeína se extrae rápidamente en agua caliente. Sin embargo, si el tiempo de cocción es más largo los principios activos que más se extraen son los taninos, los cuales se unen a la cafeína y la inactivan disminuyendo su efecto estimulante.

Contraindicaciones

  • Ansiedad, nerviosismo e insomnio: por su efecto estimulante sobre el sistema nervioso central.
  • Úlcera péptica y gastritis: por el efecto ulcerogénico de los taninos, y por la estimulación de la secreción gástrica. Según algunos autores protege al estómago contra la acidez y las úlceras.
  • No se recomienda durante el primer trimestre del embarazo, en la lactancia (las bases xánticas pueden pasar a la leche materna y producir insomnio en el lactante), y en niños menores de 12 años debido a su efecto estimulante.
Precauciones e Interacciones medicamentosas

  • Arritmia cardíaca e hipertensión arterial: por el efecto estimulante del centro cardiovascular del bulbo raquídeo.
  • Hipertiroidismo: puede agravar los síntomas hipertiroideos.
  • Espasmofilia.
  • Se recomienda la ingesta abundante de líquidos para evitar la deshidratación.
  • La cafeína en diabéticos puede producir efectos impredecibles sobre la glucemia, bien incrementando o reduciendo los niveles de glucosa en sangre. Se recomienda, por tanto, un consumo moderado de esta sustancia en los diabéticos.
  • Se ha observado que existe una cierta correlación significativa entre un mayor aumento del consumo de ciertos tipos de té muy ricos en taninos condensados (hojas viejas) con una mayor tendencia a padecer cáncer de esófago.
  • Los potenciales beneficios de un consumo moderado de té (pues contiene cafeína) se refuerzan al tomarlo con alimentos con poco hierro.
  • En las investigaciones preliminares se ha asociado el té verde con la reducción de los niveles de estrógenos en el cuerpo. Sin embargo, no está claro si pueden ocurrir efectos secundarios significativos como consecuencia de ello.

Interacciones medicamentosas:


  • La cafeína interacciona con los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAOs) potenciando los efectos simpaticomiméticos de estos que pueden traducirse en arritmias cardíacas o grave hipertensión. El consumo de café esta contraindicado durante el tratamiento con IMAOs (p.ej. furazolidona, procarbazina, y selegilina).
  • La cafeína puede contrarrestar la somnolencia y la lentitud mental causada por benzodiazepinas como lorazepam (Ativan®) o diazepam (Valium®).
  • Tampoco se deben administrar barbitúricos junto con cafeína, en primer lugar por ser los primeros inductores del metabolismo hepático con la consiguiente reducción de los niveles plasmáticos de la cafeína y en segundo lugar por poder anular la cafeína los efectos hipnóticos de los barbitúricos. Otros inductores del metabolismo hepático (fenitoína, rifampicina, etc) pueden igualmente reducir la eficacia de la cafeína.
  • Puede incrementar el efecto de algunos vasodilatadores coronarios (dipiridamol).
  • Puede tener un efecto sinérgico con sulindac y tamoxifeno, reduciendo sus efectos indeseables.
  • La cafeína produce inhibición del efecto antipsicótico de la clozapina por posible antagonismo dopaminérgico.
  • La cafeína puede potenciar los efectos estimulantes de la nicotina, agonistas beta-adrenérgicos como el albuterol (Ventolin®) u otras metilxantinas como la teofilina.
  • La cafeína puede bloquear los efectos de la adenosina, pero esto lo hacen únicamente cuando los niveles plasmáticos son muy elevados, mayores que los que se obtienen utilizando dosis terapéuticas. Sin embargo, este efecto antagónico se debe tener en cuenta si se administran dosis elevadas de cafeína.
  • La cafeína debe ser evitada o utilizada con precaución si el paciente se encuentra medicado con metilfenidato, modafinilo, pemolina, seudoefedrina o beta bloqueantes u otros simpaticomiméticos. La combinación de cafeína con estos fármacos puede producir nerviosismo, irritabilidad, insomnio y arritmias cardíacas.
  • Puede interactuar con warfarina.
  • La cafeína interfiere con los efectos de la creatina (una sustancia utilizada para incrementar los efectos ergogénicos de la musculación). Se ha comprobado que una dosis de 5 mg/kg/día de cafeína elimina por completo los efectos de creatina sobre la contracción muscular, si bien la cafeína no interfiere con la capacidad de creatina para aumentar los efectos de fosfocreatina en el músculo.
  • Xantinas: el té puede potenciar la hiperexcitabilidad producida por el café, la teofilina, el mate, guaraná, etc.
  • Digitálicos: debido a la hipopotasemia que puede producir.
  • Medicamentos estimulantes como Ritalin: Podrían aumentar los efectos estimulantes del té negro.
  • Cuando se toman con cafeína, numerosas drogas pueden incrementar los niveles de cafeína en la sangre o el tiempo que ésta actúa en el cuerpo, algunos de estos ejemplos son disulfiram (Antabuse®), anticonceptivos orales o terapia de reemplazo hormonal, fluvoxamina (Luvox®), cimetidina (Tagamet®), verapamil y mexiletina.
  • Los niveles de cafeína se pueden reducir con la ingestión de dexametasona (Decadron®).
  • No se recomienda usar la fenilpropanolamina y la cafeína juntas debido a que pueden producir ocasionalmente accidentes cerebrovasculares, por lo que la administración conjunta de ambos fármacos debe ser evitada.
  • Las quinolonas antibacterianas (norfloxacina, ciprofloxacina, enoxacina, etc) reducen la eliminación de la cafeína, lo que puede originar un aumento exagerado de los efectos farmacológicos de esta sustancia.
  • La cafeína tiende a aumentar la excreción de litio.
  •  Aunque la cafeína por sí sola no parece tener propiedades para aliviar el dolor, se usa en combinación con el tartrato de ergotamina en el tratamiento de migrañas o dolores de cabeza en racimos (Cafergot®). Se ha mostrado que incrementa los efectos calmantes del dolor de cabeza de otros paliativos del dolor como el acetaminofén y la aspirina (ej. Excedrin®). La cafeína puede también incrementar los efectos paliativos de la codeína o del ibuprofeno (Advil®, Motrin®).
  • Por su contenido en taninos, si se administran conjuntamente, pueden disminuir la absorción intestinal del hierro alimentario, de teofilina.


Efectos secundarios y toxicidad

Los efectos secundarios de la cafeína (teína) son generalmente leves y transitorios; aunque las diferencias individuales pueden ser importantes.
  • Digestivos: gastralgia, náuseas, vómitos, diarrea, úlcera péptica, anorexia, debido a su contenido en taninos.
  • Neurológicos-psicológicos: insomnio, excitabilidad, nerviosismo, y más raramente, temblores, palpitaciones, cefaleas.
  • Alteraciones funcionales cardíacas: taquicardias, palpitaciones, etc.
Se ha descrito hepatotoxicidad de una fracción extractiva de la planta, siendo esta retirada del mercado en nuestro país (Dueñas Sadornil C y cols 2004).

Bibliografía

- Fitoterapia Aplicada. Juan Bautista Peris, Gerhard Stübing, Bernat Vanaclocha. Ed. M.I.C.O.F. Valencia I.S.B.N. 84-606-2631-8.
- Plantas medicinales. Virtudes insospechadas de plantas conocidas. Selecciones del Reader´s Digest México. I.S.B.N. 968-28-0099-4.
- La Phitotherapie. Dc. Roger Moalti.  F.Fauron; et Yves Donadieu.
Maloine S.A. Editeur. Paris, 1983.
- Plantas Medicinales. Margarita Fernandez y Ana Nieto. Ed Universidad de Navarra. EUNSA 1982.
- Plantes Medicinales des Regions Témperées. L. Bezanger-Beauquesne; Pinkas, Torck, Trotin. Maloine S.A. Editeur Paris 1980.
- Las plantas medicinales de la provincia de Cadiz. Paz Martin Ferrero. Exma Diputacion Provincial Cadiz.
- Matiere Medicale. RR Paris- H. Moyse. 1971 Masson et Cia. Paris.
- Guía del Campo de las Flores de Europa. Oleg Polunin. Ed. Omega S.A. Barcelona 1977.
- Plantas Medicinales. Dioscorides Renovado. Ed Labor S.A.
- El Gran Libro de las Plantas Medicinales. M. Pahlow. Ed. Everest S.A.
- Plantas y Flores Medicinales. Aldo Poletti. Instituto Parromon. Ediciones.
- Guía de las Plantas Medicinales. P. Schauemberg et F. Paris. Ed Omega S.A. Barcelona 1972.
- Guía de Plantas Medicinales. Roberto Chiej. Grifalbo.
- Farmacognosia.  G.E. Trease y W. C.Evans. CECSA.
- Phytotherapie. J. Valnet. Traitement des Maladies par les Plantes. 5ª Edition.
- British Herbal Pharmacopoeia 1983.
- Pharmacopee Francaise IX Edition.
- Plantas Medicinales. Consejo de Europa II. 1971. Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos.
- Enciclopedia de las hierbas y de las plantas medicinales. Novena Edición. Tine Cecchini. Editorial de Vecchi S.A, Barcelona.
- Aromathérapie. J. Valnet. Ed. Maloine. 1990.
- Harold N. Graham, Ph. D. Presentado en el Primer Simposio Internacional sobre los Efectos Fisiológicos y Farmacológicos de la Camellia sinensis (Té), 4-6 marzo de 1991. American Foundation, New York City. Preventive Medicine 21, 334-350 (1992). 
- D. Millin & D. Rustidge, Proc Biochem 2 9 (1967).
- I. Oguni et al, Jap. J. Nutr. 47, 31 (1989).
- Hasan Mukhtar, Zhi Y. Wang, Santosh K. Katiyar y Rajesh Agarwal-Departamento de Dermatología: Centro de Investigación de Enfermedades de la piel, Hospitales Universitarios de Cleveland, Case Western Reserve University, y Departamento del Centro Médico de Asuntos de los Veteranos, Cleveland Ohio 4411106; Preventive Medicine 21, 351-360 (1992).
- P. Knekt et al, Am. J. Clin. Nutr, 53 283-286 (1991).
- G. W. Comstock et al, Am. J. Clin. Nutr, 53 260-264 (1991).
- B.N. Ames, J. Am. Med. Assoc. 273, (14) 1077-1079 (1995).
- Universidad de Toledo, Ohio Nature, 5 de junio de 1997, página 5.
- Onlooker, The Pharmaceutical Journal 259, 274.
- T. Henrikson et al, Arteriosclerosis, 3 149-156 (1983).
- C. De Whalley et al, Biochem pharmacol 39 1743-1750 (1990).
- Catherine Rice-Evans, Biochem Soc. Symp. 61, 1003-116. Año?.
- K. Muramatsu & Y. Hara J. Nutr. Sci. Vitaminol 32, 613 (1986).
- K.F.Gey et al, Am. J. Clin. Nutr, 53 326-334 (1991). 
- E. B. Rimm et al, New Eng. J. Med. 328 1450-1456 (1993). 
- M.G.L. Hertaog et al, Lancet, 342 1007-1011 (1993)

Produtos relacionados