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CARDO MARIANO

Silybum marianum Gaertn

Descripción

Planta bianual de 40 cm a 1,5 m de altura, con una gruesa raíz ramificada que da lugar a una roseta de grandes hojas. Tallo erguido, robusto, ramificado, estriado, desnudos en su parte alta. Hojas alternas, grandes (las basales de hasta 50 x 25 cm), pinnatipartidas, con lóbulos muy desarrollados formando frunces tridimensionales (ilustradas arriba a la derecha). Las hojas caulinares van haciéndose menores, menos divididas y de base auriculada. Todas ellas tienen el margen muy espinoso, con los nervios prolongados en espinas de diferentes tamaños, muy punzantes y dirigidas en todas direcciones. Limbo verde oscuro, brillante, con manchas blancas irregulares. Laxamente tomentoso en haz y envés cuando es joven, va perdiendo los pelos a medida que se ensancha. Capítulos solitarios terminales, muy grandes (3-8 cm), de flores tubulosas, de color púrpura, sobre un involucro con brácteas externas espinosas, muy lacerantes. Receptáculo con numerosos mechones de pelos blancos entre las flores (que no hay que confundir con los vilanos). Flores hermafroditas, con corola actinomorfa de color purpúreo. Los frutos son pequeños, aquenios (una sola semilla), de forma oval, levemente achatados, de 6-7 mm de largo y hasta 3 mm de ancho, con un grosor de aproximadamente 1,5 mm. El pericarpio o tegumento es de color negro pardusco brillante o pardo grisáceo opaco, con estrías oscuras o de color gris blanquecino. En el extremo superior puede observarse una protuberancia cartilaginosa, anular, de color amarillento; en el inferior, de lado, un hilo canaliculado. En la droga se ha eliminado el vilano, brillante y plateado, que se desprende con facilidad. Existen variedades blancas, grises y negras. Pertenece a la familia de las Compuestas-Tubulifloras.

Es originaria del Sur de Europa, Asia Menor y Norte de África. Vive también en Europa Central y se ha aclimatado en América y en el Sur de Australia. La mayor parte de la planta se importa, sobre todo de Argentina, China, Rumanía y Hungría. Crece sobre suelos profundos, nitrificados y húmedos de la región mediterránea; al pie de los muros, bordes de caminos, lugares incultos de casi todo el país, pero más escasamente en el Norte. Florece entre finales de la primavera y comienzos del verano y se recolecta en otoño. Para su recolección primero se cortan las cabezuelas y luego se dejan caer los aquenios.

También se la conoce con el nombre de: cardo de Santa Maria, cardo de María, cardo lechal, cardo lechero, cardo manchado, cardancho, cardo borriquero, cardo asnal, cardo pinto, cardo borde, hedegar.

Existe una antigua tradición que hace referencia a las manchas blancas de las hojas de esta planta aludiendo que fueron producidas por la leche de la Virgen María. Se usaba para las madres en época de lactancia. Fue ya descrito por Teofrasto y utilizado por Dioscórides.

Parte utilizada

Se utilizan los frutos o semillas. A veces, aunque muy raramente, las hojas y raíces.

Principios activos

  • Flavonoides: Dentro de ellos destaca un subgrupo de cromonas cuya mezcla se denomina silimarina (1,5 al 3%), que es una mezcla de diversos derivados flavanónicos (flavanolignanos) que se localiza exclusivamente en el tegumento. Los componentes principales de dicha mezcla son silibina (= silibinina), silicristina y silidianina. También están presentes los 3-desoxiderivados de la silidianina (denominado silimonina) y de la silicristina, así como isosilicristina, isosilibina y su 3-desoxiderivado silandrina, los 3-desoxiderivados silihermina, neosiliherminas A y B, 2,3-dehidrosilibina y los tri- tetra- y pentámeros de la silibina (silibinómeros). Contiene también flavonoides como: taxifolina, quercetina, quercetol, dihidrokemferol, kemferol, apigenina, naringina, naringenina, eriodictiol, crisoeriol, 5,7-dihidroxicromona y alcohol dihidrodiconiferílico.
  • Mucílagos.
  • Aminas: tiramina, agmatina e histamina.
  • Lípidos o aceites grasos (20-30%), que contienen una elevada proporción de ácidos: linoleico (aproximadamente 60%), oleico (aprox. 30%) y palmítico (aprox. 9%) en sus triglicéridos; tocoferol (0,04%).
  • Fitoesteroles (0,6%), como:  colesterol, campesterol, campestrol, estigmasterol y sitosterol.
  • Ácidos orgánicos.
  • Proteínas (20-30%).
  • Saponósidos.
  • Trazas de aceite esencial.
  • Vitaminas (C, E, K) y minerales (cromo, hierro, magnesio, manganeso, fósforo, selenio y zinc).
  • Principios amargos.
  • Otros: resina, etc.

Acción farmacológica

Uso interno:

  • Hepatoprotector (silimarina).

La eficacia terapéutica de la silimarina se basa en varios puntos de ataque o mecanismos de acción: puede promover el crecimiento de las células hepáticas, proteger contra la muerte de las células, bloquear las toxinas y evitar la inflamación.

  1. Modifica la estructura de la membrana celular externa de los hepatocitos impidiendo la penetración de los agentes hepatotóxicos dentro de la célula. La silimarina muestra un marcado tropismo hepático y actúa como antagonista frente a numerosos agentes hepatotóxicos. Existen numerosas experiencias con animales de laboratorio, que muestran una inhibición de la peroxidación de las membranas de los hepatocitos, disminuyendo las tasas de GOT, GPT y LDH elevadas como consecuencia de intoxicación hepática provocada con tioacetamida, lantánidos, tetracloruro de carbono, galactosamina, alcohol, tetraciclinas, así como el virus hepatotóxico FV3, característico de los animales de sangre fría. Así mismo, la silimarina y la silibina antagonizan la intoxicación producida por faloidina y -amanitina (principio tóxico de la intoxicación fúngica faloidínica por Amanita phalloides). Posee un efecto estabilizante de membrana y, en el caso de la toxina de las amanitas, interacciona por mecanismo competitivo con los receptores implicados en la captación de esta toxina. El tratamiento profiláctico es más eficaz que el terapéutico, una vez se ha producido el daño hepático. La eficacia es máxima cuando el tratamiento se realiza 6 horas antes de administrar la toxina (faloidina), mientras que si la silimarina se administra 30 minutos después de la toxina, se ha observado que la eficacia es menor. Si la silimarina se administra con más retraso, se ha observado que no se produce ningún efecto
  2. Disminuye la actividad de las células de Kupffer (disminuyendo la producción de radicales superóxido, de óxido nítrico y de leucotrienos) y aumenta la producción de glutation, disminuyendo además su oxidación. La silimarina aumenta la cantidad de glutatión en la célula hepática, un antioxidante natural intracelular fundamental del hígado, estómago e intestinos, muy importante para evitar mutaciones del DNA y RNA. La acción antioxidante de la silimarina parece ser 10 veces mayor que la de la vitamina E. Aumenta también la enzima superóxido dismutasa. Esta enzima en conjunto con la enzima glutatión-peroxidasa son fundamentales en la detoxificación y regeneración de la célula hepática.
  3. Estimula la actividad de la RNA polimerasa I de los nucleolos, con el consiguiente aumento de la síntesis proteica ribosomal en el hepatocito por lo que esto estimula la capacidad de regeneración del parénquima hepático y la producción de nuevos hepatocitos. La silimarina no estimula el crecimiento de tejido hepático maligno. La silimarina administrada a pacientes con cirrosis, redujo la tasa de mortalidad de forma significativa, especialmente en los casos de cirrosis alcohólicas. Varios estudios clínicos realizados en pacientes adultos con hepatitis sugiere que un componente específico de la silimarina podría ser beneficioso para controlar la hepatitis viral crónica.Hay evidencias científicas que comprueban la mejoría que produce de los síntomas de hepatopatías crónicas, tales como: náusea, debilidad, hiporexia, fatiga y dolor abdominal. Además, se ha demostrado una disminución en la tasa de mortalidad en pacientes con hepatopatías severas.
  • Antioxidante (flavolignanos, silimarina, silibina). La acción antirradicalar se debe a la acción estabilizante que ejerce la silimarina sobre las membranas biológicas. Son numerosas las sustancias hepatotóxicas generadoras de radicales libres en el REL, los que a su vez producen nuevos radicales libres que inducen a la formación de lipoperóxidos en el ámbito de las membranas. A este nivel, la silimarina y la silibina actúan captando los radicales libres, a nivel de la producción de especies oxigenadas (ROS), y neutralizándolos, frenando la cadena en cascada de producción de radicales libres, especialmente de los lipoperóxidos. Inhibe la enzima lipooxigenasa, que cataliza la reacción para la formación de grasas oxidadas poliinsaturadas que dañan al hígado. La demostrada acción antihepatotóxica está probablemente relacionada también con las actividades antioxidante y captadora de radicales libres, típicas de la silimarina, además de a su actividad “estabilizante de membrana” que, efectivamente, se ha observado en células de levadura dañadas por nistatina. Clínicamente, en un estudio a doble ciego, se ha demostrado que la silimarina (3 x 40 mg al día) reduce de forma significativa la mortalidad en pacientes con cirrosis hepática debida al alcohol. La silimarina no es tóxica, ni siquiera a dosis elevadas (20,0 g/Kg por vía oral en rata). En el hombre, tras ser metabolizada por el organismo, ésta se elimina fundamentalmente por vía biliar (20-40% en 24 horas) y por vía renal (3-7%) como sulfatos o glucuronatos. No se producen acumulaciones. Se absorbe poco a nivel intestinal y su biodisponibilidad puede aumentar por la formación de complejos con la fosfatildilcolina (silípido). Las concentraciones de silibina halladas en bilis, tras la administración de dosis terapéuticas, están comprendidas en los niveles de eficacia farmacológica. Por tanto, el comportamiento farmacocinético de la silibina en el hombre es coherente con la eficacia terapéutica.
  • Colerético y colagogo, es decir, estimula la producción de bilis y su eliminación de la vesícula biliar (flavanolignanos: silimarina y silibina, aceite esencial, resina). La silibina ha demostrado actividad anticolestática.
  • Hipertensor moderado y tónico cardíaco (tiramina).
  • Diurético (flavonoides).
  • Antiinflamatorio. La silimarina ejerce un efecto inhibidor sobre la síntesis de leucotrienos por inhibición de la 5-lipooxigenasa (5-LOX).
  • Antialérgico (flavanolignanos).
  • Hipolipemiante y anticolesterolémica (silimarina). Se ha comprobado también para la silimarina en ensayos sobre rata cierto efecto hipolipemiante, disminuyendo el contenido de colesterol en hígado e incrementando el c-HDL.
  • Antitumoral (silimarina, silibina). La silibina ha demostrado actividad antitumoral en estudios in vitro, sobre líneas celulares tumorales humanas de ovario y de mama. También ha demostrado una acción sinérgica con el ciplastino y doxorubicina.
  • Aperitivo y digestivo (flavonoides, principios amargos).
  • Hemostático (flavonoides).
  • Otras: algunos autores le atribuyen ligeras propiedades para bajar la fiebre (antipirético), hipoglucemiante ligero (cromo, importante para la regulación de los niveles de azúcar en sangre), inmunoestimulante (aumenta la producción de linfocitos T e interferón), venotónico, emenagogo (fitoestrógenos).

Uso externo:

  • Antiinflamatorio. La silimarina ejerce un efecto inhibidor sobre la síntesis de leucotrienos por inhibición de la 5-lipooxigenasa (5-LOX).
  • Antitumoral (silimarina, silibina). La silimarina en estudios frente a tumores inducido por radiaciones UV en rata, ha demostrado, por vía tópica, un efecto protector sobre la formación de tumores así como una reducción de la incidencia, multiplicidad y volumen de los mismos.

Indicaciones

Uso interno:

  • Prevención y tratamiento de alteraciones hepáticas: Insuficiencia hepatobiliar, hepatitis agudas y crónicas, cirrosis hepática, esteatosis hepática (hígado graso), disquinesias hepatobiliares, hepatopatías degenerativas crónicas, necrosis hepática, etc.
  • Como hepatoprotector, se ha de prescribir en forma de tratamientos prolongados al menos de 40 días. El tratamiento profiláctico con la silimarina es más eficaz que el terapéutico, una vez que se haya producido el daño hepático. Debido a la baja solubilidad de la silimarina en agua, se aconseja que para el tratamiento de los trastornos hepatobiliares usar la forma galénica de extracto en vez de infusión.
  • Alteraciones biliares: Discinesia biliar, litiasis biliar, colelitiasis, colangitis, colestasis.
  • Alcoholismo.
  • Intoxicaciones por toxinas (Amanita phalloides), fármacos (como acetaminofén, fenitoína y fenotiacinas), alcohol y venenos.
  • Personas que toman medicamentos potencialmente perjudiciales al hígado (fármacos hepatotóxicos).
  • Inapetencia, dispepsias hiposecretoras, meteorismo y flatulencias.
  • Hemorragias: hematuria, epistaxis o hemorragia nasal, metrorragias.
  • Hipotensión arterial.
  • Mareos y vómitos en los viajes.
  • Reacciones alérgicas como fiebre del heno, urticaria y asma
  • Otras: gripe, catarros, cistitis, urolitiasis, oliguria, jaquecas y neuralgias, agotamiento y astenia o fatiga, diabetes, etc.

Uso externo:

  • Eritemas y envejecimiento cutáneo.
  • Hemorroides, varices y úlceras de piernas.

Contraindicaciones

  • Hipersensibilidad al cardo mariano o a otras especies de la familia de las compuestas.
  • Hipertensión arterial.
  • Tratamientos con IMAO (inhibidores de monoaminooxidasa, enzima que destruye en el organismo aminas como adrenalina, noradrenalina y serotonina). Por su contenido en tiramina puede desencadenar crisis hipertensivas en pacientes que están siguiendo un tratamiento antidepresivo con IMAO.
  • Graves enfermedades renales.
  • Obstrucción biliar. El cardo mariano podría producir cólicos biliares y agravar la obstrucción debido a su efecto colagogo/colerético.
  • Embarazo. El cardo mariano no debe usarse durante el embarazo debido a la ausencia de datos que avalen su seguridad. Se han realizado estudios sobre varias especies de animales, utilizando dosis varias veces superiores a las humanas, sin que se hayan registrado efectos embriotóxicos o teratógenos; sin embargo, no se han realizado ensayos clínicos en seres humanos, por lo que el uso del cardo mariano sólo se acepta en caso de ausencia de alternativas terapéuticas más seguras.
  • Lactancia. El cardo mariano no debe usarse durante la lactancia debido a la ausencia de datos que avalen su seguridad. Se ignora si los componentes del cardo mariano son excretado en cantidades significativas con la leche materna, y si ello pudiese afectar al niño. Se recomienda suspender la lactancia materna o evitar la administración del cardo mariano.

Precauciones e Interacciones

  • Por su contenido en tiramina puede desencadenar crisis hipertensivas en pacientes que están siguiendo un tratamiento antidepresivo con IMAO.
  • Litiasis biliar y colelitiasis. El cardo mariano debe usarse con precaución debido a que por su efecto colagogo/colerético puede producir cólicos biliares. 

Interacciones medicamentosas

  • Butirofenonas. El uso concomitante de silimarina y butirofenonas produce una disminución de la peroxidación lipídica.
  • Fenotiazinas. El uso concomitante de silimarina y fenotiazinas produce una disminución de la peroxidación lipídica.
  • Yohimbina. La silimarina disminuye los efectos de la yohimbina. En caso de administración conjunta, se deben reajustar las dosis de yohimbina.
  • Anticonceptivos orales (estrógenos). La silibinina puede inhibir una enzima bacteriana, la -glucuronidasa, que participa en el metabolismo de los anticonceptivos orales, por lo que puede, teóricamente, reducir su efectividad.
  • Fentolamina. La silimarina disminuye los efectos de la fentolamina. En caso de administración conjunta, se deben reajustar las dosis de fentolamina.
  • Dextrometorfano. La silibinina es un inhibidor del citocromo P450 por lo que puede aumentar los niveles plasmáticos de dextrometorfano y aumentar por tanto su actividad terapéutica y sus efectos secundarios.
  • Nifedipino. La silibinina es un inhibidor del citocromo P450 por lo que puede aumentar los niveles plasmáticos de nifedipino y aumentar por tanto su actividad terapéutica y sus efectos secundarios.
  • Anticoagulantes orales. La silibinina es un inhibidor del citocromo P450 por lo que puede aumentar los niveles plasmáticos de anticoagulantes orales, favoreciendo la aparición de hemorragias. Según un artículo, la silimarina también puede aumentar o intensificar los niveles de ciertos medicamentos:
  • Metadona.
  • Medicamentos para el corazón: Tambocor (flecainida), Rythmol (propafenona).
  • Antibióticos: Eritromicina, rifampina.
  • Medicamentos anticonvulsivos: Carbamazepina (Tegretol).
  • Antidepresivos: Hierba de San Juan o corazoncillo, Zyban/Wellbutrin (bupropión), Paxil (paroxetina), Prozac (fluoxetina), Luvox (fluvoxetina), Serzone (nefazodona), Zoloft (sertralina), Effexor (venlafaxina).
  • Antihistamínicos: Hismanal (astemizol), Seldane (terfenadina).
  • Antimicóticos: Itraconazol (Sporanox), Cetoconazol (Nizoral).
  • Agentes de movilidad gastrointestinal: Propulsid (cisaprida).
  • Medicamentos ergóticos: Ergonovine, Ergomar (ergotamina).
  • Antipsicóticos: Clozaril (clozapina), Orap (pimozida).
  • Sedantes y somníferos: Ambien (zolpidem), Halcion (triazolam), Versed (midazolam), Ativan (lorazepam).
  • Medicamentos reductores de lípidos (estatinas): Lescol (fluvastatina), Mevacor (lovastatina), Pravachol (pravastatina) y Zocor (simvastatina), Baycol (cerivastatina).
  • Medicamentos para trasplantes: ciclosporina (Neoral, Sandimmune), ProGraf (tacrolimus).
  • Medicamentos antiparasitarios: Mepron (atovacuona)

Efectos secundarios y toxicidad

No se han descrito reacciones adversas a las dosis terapéuticas recomendadas. A altas dosis, en tratamientos crónicos o en individuos especialmente sensibles se pueden producir reacciones adversas:

  • Alérgicas: La planta fresca puede provocar dermatitis de contacto.
  • Digestivas. Raramente se han dado molestias gastrointestinales leves como diarreas.

La silamarina no es tóxica, ni siquiera a dosis altas (20,0 g/Kg por vía oral en ratas).

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